Los organizadores del Proyecto Bocadillos (The Bubble Project) consideran que la proliferación de anuncios en espacios públicos es doblemente injusta: porque ocupan nuestro espacio y porque son un monólogo que no permite aportar nada. Por ese motivo, se han decidido a ponerle bocadillos vacíos a los personajes que aparecen en los anuncios de modo que los viandantes puedan rellenarlos con lo que crean apropiado. Como ellxs mismxs dicen, “cuantos más bocadillos, más espacios liberados, más posibilidad de compartir los propios pensamientos, más reacciones a los sucesos que ocurran y, sobre todo, más imaginación y diversión”.
Empezaron en Nueva York, pero ya han llegado a Buenos Aires, Milán y Amsterdam. Si te da envidia, sólo tienes que seguir las instrucciones y añadir tu ciudad…
(La pista Kunstbetrieb).
El problema que advierto en las Web y7o Blog´s de publicistas es que os recreais en vuestro trabajo y los avances de creatividad que supuestamente conseguís, pero nunca considerais los efectos manipuladores que producen, ni menos aún la legitimidad de todo ello.
En ocasiones he leído que “No estamos para educar…”; y parece que ese es el argumento máximo (Viene a ser como cuando algunos terroristas dicen, antes de explosionar sus bombas: “No,…. si ya avisamos”).
La pregunta para tan agudos creativos es: “¿Teneis conciencia ó solo resultados de ventas, ó solo Cuentas?