Celosos impertinentes
Era un amor incandescente. Dedicaban su tiempo a pensar en el otro con tal obsesión que apenas quedaban huecos para el resto de sus vidas. Se confesaban el cari...
Era un amor incandescente. Dedicaban su tiempo a pensar en el otro con tal obsesión que apenas quedaban huecos para el resto de sus vidas. Se confesaban el cari...
Los besos en Astalama lo dicen todo, allí donde la gente habla sin cesar en los bares y en los nunca breves encuentros de las aceras y en los saloncitos que hue...
No hace falta que me lo digas. Lo sé. Las mirabas como si me vieras a mí, les dijiste mis promesas, les alabaste mis virtudes, te encaprichaste en ellas de mis ...
El animal se ha lastimado en acto de servicio. Ha retado mil veces la lógica de la gravedad con pasmoso equilibrio, recordando las habilidades de sus progenitor...
por el miedo a saber que hay días que vuelven, como cuando soñamos con esas bocas grandes que a veces el sol me permite imaginar olvidadas, el reloj está en la ...
A Raúl Cienfuegos lo educaron en la pobreza: a no pedir de niño aunque sintiera la punzada de la necesidad, a agradecer como regalos lo que recibía después de t...
Demasiado tarde por una milésima de segundo. ¿Una milésima? O tres segundos. O un minuto, una hora, un mes de estos. O una vida. ¿Una vida? O dos o tres. O siem...
A este lado está la paz fresca de la piedra mientras al otro serpentean los ojos de la guerra. La pregunta queda en la aldea que difumina ambos espacios con un ...
César Alarcón tuvo mala suerte con los padres que le tocaron en gracia, pero buena con Adela Jiménez, su pareja desde los diecisiete años, quien lo amó siempre ...